SmartPRIVIAL, el primer juego para dispositivos móviles sobre el manejo inteligente de la privacidad

PantallasAmigas presentó  este recurso educativo en formato App que tiene como finalidad la información y la concienciación sobre el manejo de la privacidad y la seguridad en Internet y los teléfonos móviles.

El proyecto cuenta con el apoyo de Red.es y  la colaboración de las operadoras Orange, Telefónica, Vodafone y Yoigo.

SmartPRIVIAL, trivial para el manejo inteligente  de la privacidad

PantallasAmigas,  con el apoyo de Red.es (adscrita al Ministerio de Industria, Energía y Turismo) y la colaboración de Orange, Telefónica, Vodafone y Yoigo, presentó ayer martes día 10 de febrero,con motivo del del Safer Internet Day 2015- Día de la Internet Segura 2015, su último proyecto: la App SmartPRIVIAL.

Un recurso educativo en formato App que, a modo de videojuego, tiene como finalidad la información y la concienciación sobre el manejo de la privacidad y la seguridad en Internet y los teléfonos móviles (celulares). Dirigido a adolescentes (a partir de los 10 años), cobra pleno sentido también para personas adultas y resulta idóneo para compartir en familia. Permite aprender de forma lúdica diversas recomendaciones en relación a cinco temas de relevancia: Privacidad, uso de la Webcam, retos del Sexting, Seguridad en smartphones y gestión de Redes Sociales.

SmartPRIVIAL, trivial para el manejo inteligente  de la privacidad. Ruleta

Existe además una sexta área temática denominada Variedades que, aunque concebida para dotar de mayor diversidad y flexibilidad al juego, es aprovechada para incluir cuestiones de máximo interés como es la educación para la igualdad y contra la violencia de género.

Características principales del juego

Es un juego. Más allá de su utilidad educativa, se trata de un juego que exige la superación de distintos retos. Permite la equivocación pero motiva para el aprendizaje y, aunque pueda tener un uso discontinuo, rara vez supondrá una utilización continuada por espacios mayores a una hora.

Pensado para disfrutar en compañía. Pueden jugar simultáneamente hasta cuatro participantes lo que significa un mayor estímulo e intercambio de experiencias.

SmartPRIVIAL, trivial para el manejo inteligente  de la privacidad. Personajes

Uniendo generaciones. Su inspiración en el tradicional juego Trivial Pursuit favorece el acercamiento entre generaciones y estimula que madres y padres compartan “momentos de pantalla” y conversaciones sobre ciberseguridad y privacidad, fomentando el desarrollo de un clima de confianza y el intercambio de conocimientos y experiencias.

Análisis de respuestas y estadísticas. Conocer los aciertos y errores es importante para impulsar el espíritu de superación de forma autónoma o compartida con otras personas. Si además es posible conocer en qué áreas se cometen más errores será más sencillo reforzar el aprendizaje de las mismas. Por ello, SmartPRIVIAL recogemientras dure la partida en el propio terminal y de forma anónima qué temáticas son mejor conocidas en cada caso.

¿Cómo empezar a usarlo?

SmartPRIVIAL, videojuego gratuito que puede ser usado tanto en tablets como en smartphones de forma individual pero también con amistades, en familia e incluso en el marco de actividades escolares.

Tras su descarga, no es imprescindible contar con conexión a Internet para disfrutar de él. Puedes descargarlo en Google Play* o en nuestra página web.

*Próximamente disponible para dispositivos IOS (iPad- iPhone).

Etiquetas en las imágenes de las redes sociales, un riesgo para la privacidad y la convivencia

Desde hace varios años, especialmente desde la popularización de las redes sociales, la gestión y cuidado de la privacidad es una preocupación para PantallasAmigas. Por ello hemos creado muy diversos recursos didácticos con el fin de sensibilizar sobre la importancia de mantener una actitud proactiva al respecto (véanse como ejemplos este vídeo y Las aventuras de Reda y Neto). A continuación indicamos algunas claves generales sobre el asunto, para terminar con especial énfasis con el asunto de las etiquetas que da título al post.

Privacidad, un derecho y un factor de protección

Al margen de detalles legales, la privacidad, en cuanto a  su relación con la intimidad y la propia imagen, es un derecho. No obstante, nuestra preocupación va más allá por cuanto significa también un factor de protección. Sabemos que Internet nos pone al alcance de todo tipo de personas y que cuando éstas no son las deseables (abusones de clase, depredadores sexuales, nuevas amistades problemáticas, exparejas agresivas…) estamos expuestos ante ellas. Hay una cosa bien cierta en este punto, cuanto menos sepan de nosotros, menos vulnerables somos, menor es el daño que nos podrán infligir.

No podemos controlar lo que se sepa de nosotros, pero podemos influir.

Nunca hemos puesto el énfasis en la configuración concreta de las opciones de privacidad por dos razones fundamentales:

–          Puede trasladar un mensaje de falso control y autocomplaciencia: “configuro la privacidad y todo listo”.

–          Las opciones y sus efectos son complicados y cambiantes.

En realidad, pensamos que hay que enfatizar el hecho de que simplemente podemos controlar una parte de nuestra privacidad y que, en gran medida, ésta depende de los demás usuarios y de las propias redes sociales (entendidas como el software que rige su funcionamiento). Entonces… ¿podemos hacer algo? Cuatro recomendaciones:

  • Conocer y configurar las opciones de privacidad pero especialmente testear el efecto de las mismas y comprender todas sus implicaciones. Facebook acostumbra a cambiar con cierta frecuencia de manera que consigue hacernos desistir del intento o, cuando menos, crear confusión.
  • Ser cuidadosos con los datos que exponemos. Una red social no es un lugar privado ni seguro porque la llave de entrada no es única, sino múltiple, y puede ser prestada o incluso robada.
  • Seleccionar bien a quién y cómo (niveles de privilegio o acceso a información) agregamos a nuestras redes.
  • Mantener una actitud proactiva en defensa de nuestra privacidad y contra los usos sociales, por desgracia generalizados y casi siempre inconscientes.

Somos responsables de la privacidad de las demás personas

De igual forma se debe tener siempre presente en qué punto comprometemos con nuestros comentarios o publicaciones la vida privada de otras personas. ¿Acaso no nos hemos dado cuenta, por ejemplo, tras un “tuit” que quizás nos equivocamos dando información de nuestra propia vida? ¿Cómo no nos va a ocurrir con la de otras personas? Debemos ser cuidadosos porque además podemos tener responsabilidad legal por ello, especialmente si hablamos de fotografías. Cristina Martínez Garay en su post Al publicar fotos de las vacaciones en las redes sociales, ¿conoces tus derechos? dice que la AEPD ha establecido en varias resoluciones que “no cabe entender que se ha otorgado el consentimiento para la difusión de una fotografía de una persona, cuando aquel accedió únicamente a la obtención de la misma y no a su publicación en ningún medio” y que en ese sentido se ha pronunciado recientemente la Audiencia Nacional el 18 de mayo de 2012 ratificando la sanción impuesta por la AEPD.

¿Qué supone poner una etiqueta?

Al margen de prácticas de tipo SPAM y otros usos alternativos, las etiquetas son para identificar personas en fotografías. ¡¡Ahí es nada!! Aquello de que una imagen vale más que mil palabras toma más sentido que nunca. Subir una fotografía tiene su importancia, pero no deja de ser una entre cientos de un determinado álbum. Lo que tiene relevancia real a efectos de privacidad es que esté identificada, relacionada con uno o varios perfiles de usuarios.

Cierto es que las etiquetas se pueden eliminar a posteriori y que, por ejemplo Facebook permite algunas engañosas restricciones al respecto (no os dejéis llevar por apariencias, no son para nada lo que parecen y hay muy diversas formas de saltárselas o conseguir efectos similares… ¿alguien creyó que lo de las fotos reveladas de su fundador era un bug?).

Consecuencias negativas de las etiquetas para la privacidad y la convivencia

Al margen de prácticas de tipo SPAM y otros usos alternativos, las etiquetas sirven para identificar personas en imágenes. Una persona sí… en un momento, situación, actitud, compañía y lugar determinados. Es mucha información, demasiada, sea bien o mal interpretada. Al margen de ello, el mero hecho de publicar una imagen etiquetada puede suponer un conflicto entre quien la etiqueta y quien la protagoniza por la inconveniencia o falta de oportunidad de la misma. Más allá todavía, es muy común la publicación y etiquetado de imágenes para hacer daño de forma expresa a una persona, como forma de hostigamiento.

¿Quién es responsable? ¿Qué tiene que ver la LOPD con las etiquetas?

La imagen – el rostro que nos identifica- es un dato personal y, como tal, protegido. Simplificando, cada cual es dueño de decidir sobre el uso que se hace del mismo. Ligando esto a las etiquetas se conforma una combinación explosiva. La acción de etiquetar es realizada por un usuario pero… ¿quién permite que esto se realice? ¿quién publica esa etiqueta? ¿quién almacena ese dato que liga porción de imagen e identificación? ¿quién notifica a los demás usuarios que esa etiqueta existe y, en consecuencia, pone “ a tiro de clik” ese dato privado? No hay autorización expresa por parte de la persona etiquetada. Incluso mientras no se conecte, no podrá recibir notificación posterios al respecto.

Desde PantallasAmigas hemos puesto en conocimiento hace más de un año ante la AEPD y Tuenti (siempre solícitos para atender nuestras sugerencias) nuestra preocupación por este asunto.

¿Qué podemos hacer mientras tanto?

Desde PantallasAmigas pasamos de la preocupación a la ocupación y tratamos de aportar herramientas para la sensibilización y la formación que contribuyan a la prevención. Dejamos tres referencias de ejemplo:

  • El proyecto Netiquetate publicado en 2010 presta atención preferente al asunto con enfoque de ética en la Red y ciberconvivencia.
  • A inicios de 2012 presentamos el site didáctico titulado ETIQUETASsinPROBLEMAS donde se ponen de manifiesto las situaciones a evitar porque, de forma voluntaria o azarosa, causan daño por medio de las etiquetas.
  • Por último, consideramos que las Redes Sociales deben dar un paso adelante en este sentido y asumir su responsabilidad. Por ello, hemos iniciado una campaña denominada ETIQUETASsinpermisoNO donde demandamos que las redes sociales soliciten permiso previo y expreso para cada etiqueta. Son muchas las personas, adolescentes y adultas, molestas, perjudicadas, dañadas con las etiquetas que les son colocadas sin consentimiento previo. Realmente, pedir permiso antes de su publicación apenas es un cambio tecnológico mínimo y evitaría muchos problemas de cyberbullying además de salvaguardar mejor la privacidad de los usuarios, batalla ésta en la que Tuenti está dando pasos de gigante.